¡No es vacación, es cuarentena! ¡Entren
en sus casas! Es lo que de repente se escuchó desde una terraza rompiendo el
silencio profundo ya acostumbrado por la
cuarentena, en la voz de una niña de entre 3 a 5 años, quizá ella como todos
intentado entender lo que estaba pasando, buscando procesarlo o simplemente
imitando o repitiendo lo que permanentemente se muestra en los medios de
comunicación y redes sociales.
En nuestro Estado Plurinacional de
Bolivia, de acuerdo a datos proyectados por el INE, la población infantil de
entre 0 a 12 años de edad representa alrededor del 25% de la población total, llegando
a casi 3 millones de niñas y niños, cifra no menor para un estado de 11
millones de habitantes. Demás está decir que esta importante población es considerada en
alto grado de vulnerabilidad debido a sus propias características. Asimismo, es
un grupo que se encuentra en crecimiento y desarrollo.
La pandemia provocada por la COVID - 19 ha
obligado a los diferentes Estados a tomar medidas radicales, tales como la inmediata
suspensión de actividades escolares, las
declaraciones de cuarentena, un confinamiento total sin una posible
fecha para normalizar las actividades, cambiando radicalmente la vida cotidiana
de bolivianas y bolivianos. Entonces, es inevitable ponernos a analizar lo que
pasa con la población infantil y preguntarnos qué estamos haciendo como Estado
para responder adecuadamente.
Pese a que nuestro Estado ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño y ha promulgado el el Código Niña, Niño y Adolescente de
Bolivia, que indican entre sus principios:
- Prioridad
absoluta: La atención y protección en la formulación y ejecución de las
políticas públicas, asignación de recursos, en el acceso a servicios públicos,
en la prestación de auxilio y atención en situaciones de vulnerabilidad y en la
protección y socorro en cualquier circunstancia.
- Desarrollo integral: Desarrollo armónico de las capacidades
físicas, cognitivas, afectivas, emocionales, espirituales, y sociales de NNA. Hasta
la fecha, poco o nada se ha hecho por cubrir las necesidades fundamentales para
las y los niños y niñas.
Pero ¿Por qué es tan importante
prestarle una especial atención a este sector que está atravesando al igual que
todos esta crisis? A modo de responder paso a desarrollar y remarcar aspectos
importantes a considerar respecto a nuestra población infantil.
Necesidades
biológicas de crecimiento y de desarrollo: Sí, es
un grupo etario que se encuentra en desarrollo, lo que implica que lo que está
viviendo en este momento influirá o determinará su ser adulto. Y aquí emergen
varias aristas ya que las wawas tienen necesidades desde biológicas como la
alimentación para un adecuado crecimiento, y de acompañamiento saludable para
su desarrollo integral. Es tan fundamental considerar este aspecto, ya que las
niñas y niños de acuerdo a sus etapas de desarrollo tienen necesidades específicas,
como por ejemplo:
A decir de Angulo, Losada. (2016) El útero social en el que se encuentran
las y los bebés de 0 a 2 años, siendo estas las interacciones con sus padres y
su familia, deben ser saludables y enriquecedoras (p.20). Aspecto que indudablemente
está siendo altamente afectado debido a que los padres y madres de familia se
encuentran en niveles altos de estrés, debido a la incertidumbre que genera una
crisis, incrementando los niveles de estrés tóxico y afectando el desarrollo de
la arquitectura cerebral de los bebés en formación.
Por otra parte, de acuerdo a la doctora
Ramírez (2015): “El movimiento es
una parte integrante e indivisible del comportamiento humano y sólo a través de
él se pueden entender los ámbitos afectivos y asimilar los contenidos
cognoscitivos”. Entonces es fundamental que los niños y niñas se encuentren en
constante movimiento y juego, lo que se ve bruscamente afectado. Por una parte,
debido a que los domicilios donde se les obligó a quedarse, no cumplen con las
mínimas necesidades de movimiento que tienen las niñas y niños; y por otra
parte, las madres y los padres no se hallan preparados para cumplir este tipo
de necesidades, llegando a extremos en los que se les deja sin control ni
horarios al frente de un televisor o video juegos, quedando las niñas y niños
hasta por más de 4 o 6 horas sin realizar ninguna actividad física.
Necesidades
de Educación: A partir de los 4 años se ingresa a
un proceso formativo escolar que debería pasar con debida regularidad sin
interrupciones, mismo que se suspendió abruptamente. Este aspecto quizá es el
de mayor preocupación para los padres y madres de familia; y una entiende que
debería ser también para el Estado y todas sus instancias. Lastimosamente, lejos
de responder adecuadamente, se ha visto que desde el Ministerio de Educación, no
se tiene una respuesta oportuna ni pertinente. Por otra parte, este tema ha
evidenciado más que nunca las desigualdades sociales provocadas por un sistema
donde sólo los que tienen dinero continúan teniendo acceso a este proceso
educativo, dejando en total desamparo y olvido a niños y niñas de escuelas fiscales,
y más aún de escuelas rurales que desde marzo no han recibido ningún proceso
formativo, evidenciándose más que nunca las desigualdades sociales existentes
en nuestro país, propio del sistema económico que lo rige.
Protección
ante la violencia infantil: La violencia infantil
continúa siendo practicada con regularidad y naturalizada debido a que se
asocia con disciplina. En regiones latinoamericanas, más del 64% de las niñas y
niños sufren algún tipo de violencia y ésta es ejercida por miembros de la
familia, principalmente sus cuidadores. Este confinamiento al que nos hemos
visto obligados a vivir, ha puesto en un altísimo riesgo a nuestras niñas y
niños y las cifras muestran datos escalofriantes, que parten desde el suicidio
de una niña por no tener que comer en casa, hasta el maltrato físico a un niño dejándolo
en terapia intensiva, pasando por los más de 1.200 casos denunciados por
diferentes tipos de violencia, remarcando que más del 90% de los casos de
violencia se desarrollan en casa. Es tremendamente alarmante que las niñas y niños
se encuentren conviviendo con su agresora o agresor las 24 horas del día y sin
tener una red donde acudir como lo podía ser una maestra un maestro e incluso
sus pares. Por otro lado, la negligencia
también es un grado de violencia al que están siendo expuestos. La población
infantil ya que se encuentra en casa bajo el cuidado exclusivo de los padres,
madres o tutores, no estando éstos necesariamente preparados para cumplir con
todas las necesidades de cuidado, desarrollo, educación, aprovisionamiento,
acompañamiento etc. El padre o madre pasó a ser la única responsable de cumplir
con todo. Asimismo, muchos padres y madres se ven en la obligación de dejar
solas y solos a las niñas y niños en casa mientras van a trabajar.
Por último, algo importante que se ha
perdido es la socialización entre pares.
De un día para otro se vieron obligados
a abandonar su grupo social, como lo eran sus compañeras y compañeros de curso,
o de las clases extra curriculares, como las de ajedrez, pintura, etc. La visita
a la casa de los vecinos, de un compañero, en pocas palabras las niñas y niños
prácticamente se han quedado sin un círculo donde poder socializar, han dejado
sus rutinas diarias, el costo que ellos y ellas pagan por una sociedad
adultista es muy alto, ya que si se piensa desde el punto de vista de la salud,
sólo el 5% de esta población puede llegar a enfermar, pero el 100% se encuentra
completamente afectada.
¿Qué
respuesta dan los/las responsables de la siguiente generación?
Padres y madres de familia: Poco
conocedores de las necesidades principales de las niñas y niños, han priorizado
cuidar su salud, encerrarlos en casa y cubrir las necesidades básicas de
alimentación y educación en la medida de sus posibilidades, y los más
privilegiados han dado alternativas para que sus hijos e hijas disfruten el
juego, dejando a un lado todos los otros aspectos importantes.
Maestros, maestras y personal responsable
del sistema educativo: Algunos han dado sus mayores esfuerzos por sacar el
barco a flote, mediante diferentes alternativas como clases virtuales, clases a
distancia, mediante envío de videos, entrega de cartillas etcétera, pero
lastimosamente la mayoría han mostrado claramente su poco compromiso social,
abandonando desde el mes de marzo a sus estudiantes a cargo. No han tenido la
capacidad profesional de proponer alternativas eficientes y eficaces y las
pocas voces que salieron, han sido acalladas por el grueso del magisterio.
Gobiernos municipales y departamentales:
En el marco de sus atribuciones poco o nada han hecho para garantizar al menos
condiciones para retomar actividades escolares, no se conoce de un decreto o
ley municipal o departamental en todo nuestro Estado que regule o proponga por
ejemplo qué actividades pueden hacer los niños y niñas, cómo pueden salir a
disfrutar un día al aire libre, o que respuesta dar a las madres y padres que trabajan
y tienen niños y niñas menores de 6 años, a los que acostumbraban a dejar en
centros de educación infantil.
El Estado central: Sabiendo que la
educación es un derecho fundamental, ya que la Constitución Política del Estado
en el artículo 17 indica: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en
todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e
intercultural, sin discriminación”. Debería ser el Ministerio de Educación el ente principal para dar
respuesta y proteger este derecho fundamental de todas las niñas y todos los
niños de nuestro Estado Plurinacional. Sin embargo, después de más de 4 meses
de haberse suspendido las labores escolares, no ha habido una respuesta certera
ni al menos coherente para responder a esta necesidad.
Pero qué se pudo haber hecho, quizá para
ejemplificar algunas opciones: Usar medios de comunicación más democráticos, como
la radio y la televisión para implementar programas educativos y de sano
entretenimiento. Reforzar con módulos educativos a ser trabajados en casa,
clasificar de acuerdo al riesgo de contagio para suspender las labores
escolares, ya que se tienen zonas donde nunca hubo contagio alguno y se vieron
de igual forma afectados. Se pudieron haber valorado varias alternativas. Pero ¿Cuál
fue la respuesta desde el Estado central? “La
clausura del año escolar” Sí, sí, sí, violando no sólo la Constitución
Política del Estado, sino también la Ley educativa Avelino Siñani Elizardo Pérez
070, La ley 548 Código Niño, Niña, Adolescente, y ni hablar de tratados
internacionales y convenciones de las que como Estado somos miembro.
Parece que no terminamos de comprender
la magnitud de esta decisión, desde el Estado no sólo se está violando el
derecho a una educación gratuita y universal, se está quitando una herramienta
valiosísima para luchar contra la desnutrición en nuestro país, pues el
desayuno escolar tenía su razón de ser, se está poniendo en situación de
abandono a miles y miles de niñas y niños que tenían como único recurso de socialización
la escuela, se está poniendo en situación de extrema vulnerabilidad a niñas que
están expuestas a sufrir violencia sexual y ni hablar de millones de niñas y
niños que están viviendo violencia física y veían en la escuela una oportunidad
de escapar o al menos tener un apoyo en las maestras y maestros a quienes poder
recurrir.
Ante la catastrófica situación, es
nuestro deber como responsables de la siguiente generación, dar respuestas
coherentes, oportunas y necesarias, debemos responder a las necesidades de
nuestra niñez, basta de invisibilizar a la primera infancia y de abandonar a la
niñez, no podemos quedarnos conformes con que nos quiten ese derecho
fundamental que es el de la educación que tantos años nos ha costado conseguir.
Es tiempo de exigir respuestas a todos los niveles del Estado, es tiempo de
exigir a las maestras y maestros que cumplan con su labor principal, que al
igual que todo profesional cumplan con su juramento y por lo que estudiaron y
obtuvieron un trabajo con estabilidad laboral. Es tiempo de hacernos
responsables del futuro de nuestras niñas y niños...
*Responsable de la Unidad Dignidad de Género y Generaciones del Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK)
Datos obtenidos del Instituto
Nacional de Estadísticas (INE). Unidad de Difusión y Comunicación
07/2018.
Ley 548 Código Niño,
Niña y Adolescente.
Apuntes de neuro
evolución y psicomotricidad, p171.